10.2.05

Cuando el día se acaba, puedo asegurar que comienza la noche. Y cuando es de noche, estoy cansado. Antes el subte paraba cada cuatro cuadras, ahora para día por medio. La modernidad. Bendito precio. Eso te pasó por no saber que todo tiene su precio, atrevido. Además, usan y usan las palabras para justificar, para dar a entender, para que sepamos, para que comprendamos. Todo lo que le pedía, el punto se la gastaba. Pegan carteles y silencian los televisores para pasar un texto a una velocidad imposible de leer, hay que estar por lo menos en segundo año de las Academias Ilven para poder leer todo lo que dice. Porque, sin querer mostrar un lujo para impresionar, doy gracias al Señor porque leo muy rápido. Pero muy, el otro día me leí el Corán entero mientras cagaba. Está bien que con lo barata que está la acelga, como acelga en todas las comidas. Y la que se me seca, la pico adentro del mate, es por eso que estoy largo rato en el water, como el día de el Corán, pero así y todo, lo que quiero figurar es que soy de lectura veloz (casi no comprendo nada de lo que leo, pero leo de rápido...) y mientras por el monitor de Metrovías pasaba el mensaje de fuerza y fe hacia los obreros que luchaban por su libertad por razones de dinero, yo leía rápido, pero las letras eran más rápidas y no llegaba a leer media pantalla que ya todo había desaparecido.
Santa Bárbara bendita, guía a tus hijos buenos hacia la luz.