15.2.05

Alguien sabe cual es el colmo de los colmos?
Se los diré, escuchar Horace Andy y no fumar. Doy una vuelta y media y vuelvo.
Volví.
Es que no tengo cigarrillos, cada vez que quiero, tengo que salir y doy una vuelta y media a la manzana y compro un paquete. Fumo uno y me deshago el resto. Es una forma de dejar de fumar. Además, siempre le paso los otros 9 cigarrillos a algún croto. Porque dirán que es el hambre, que es la marginación, pero lo que más sufría de la pobreza era no tener cigarrillos, tener que pedir de a uno o comprar de los paraguayos. Trato de dárselos siempre al mismo, un barbudo que me cae simpático. Está sentado en el piso, su aspecto es desalineado y es muy delgado. A cada peaton le dice “no tenés unas monedas para comprar dólares?” Algunos le dan. Algunos se ríen. Algunos ni lo escuchan.
Porque hay gente que tiene pensamientos tan elevados que ni te escuchan. Los llamo “las mentes infantoanimales”. Parece mentira, pero es cierto: hay gente que no escucha lo que le decís, sino que solamente puede comprender la forma en que se lo decís. Es muy importante el tono, si lo dice un músico está bien, pero si lo dice un músico cuando le gritan ya no.
Es una clase de gente que si le hablás pausada y dulcemente hacen lo que les decís, pero si le das una orden, se rebelan. Tienen que demostrar que ellos no reciben órdenes, que a ellos “nadie les grita”. De eso no puedo enorgullecerme, a mí todos me gritan. El peor grito es el de un mudo, y no es esto una metáfora barata, de las que suelo usar, es una frase completamente verídica. Un mudo me grita, su grito no es claro, tampoco es desgarrador. Su grito es un ofrecimiento, suena algo así como uuuuu (pero muy agudo), pero quiere decir “vendo la solidaria, hoy los cartones salen $ 1 / 2 (según el día)” y pobre de aquel que no quiera entenderlo. Estaría discriminándolo. No solo es un aullido, viene acompañado de una marcada expresión en el rostro y la aproximación del boleto de lotería la solidaria que él ofrece al pecho. Si este suceso ocurre una vez, puede resultar curioso. Pero ya la segunda vez que ocurre es fastidioso, me fastidiaba antes de mudarme por acá, me molestaba cada vez que pasaba. Y desde que vivo acá, paso cuatro o más veces por día y siempre se repite la misma secuencia. Entonces yo tengo varias teorías: A, la más lógica, es que no me reconoce, B, menos probable, aunque no imposible, me reconoce y me la ofrece para fastidiarme o intentar convencerme, la segunda no la consigue, lo primero lo consigue siempre. Y finalmente está la teoría C, ni me reconoce, ni no, está haciendo ese movimiento y dando ese grito sin poder parar desde que lo dejan ahí hasta que lo pasan a buscar. Ninguna de las teorías logra convencerme, por eso necesito estar seguro de que me reconoce, una forma es contestarle de mala manera o tomarlo del cuello o directamente golpearlo rudamente y luego mirarlo fijo, para que recuerde mi rostro. Pero por el momento no hice nada de eso, solamente niego con la cabeza y, llegado el caso, le saco su brazo de mi paso, pero no llegué a más. No puede ser que tenga que hacer un rodeo, caminar de más, para que no me rompa las pelotas.