16.6.05

tE PARECE bIEN?
Aprende a callar, la primer lección.
Escuchando la música, después de días con menos música, días de inacción y de desconcentración, donde me encontraba como perdido en la vida, viviendo sin nunca aprender. es que el cambio estuvo, las cosas cambiaron a pesar de nuestra piel, porque lo mío con la tele era una cuestión de piel. No soportaba el aparato televisivo, que trata a la gente como si fuera pastor, que intenta llevarlos a donde no haya dolor. Por eso y por muchas otras cosas, por una infancia con televisor blanco y negro de muchas pulgadas, pero de poco ancho, una imagen angosta distorsionada, monocromática y horrible de la televisión influyó en mí.
Pero la soledad es contagiosa, y estaba tan solo en las tardes, que quise y dije “llevame a donde no haya dolor” y ahora tengo un televisor. Era para hacer compañía a una video que debía ir a buscar, pero luego de buscar la tele ya no busqué más en el mundo externo. Solo busqué en el universo propio de la tevé, una mejor programación, la mejor estación. Encontré pocas cosas, me reencontré con viejos éxitos y nuevos bochornos. No soy un critico de la televisión, soy un crítico de la vida y si vivo a través de la televisión, critico a la televisión. Siempre es importante poder criticar a otro, porque sino, solo queda la autocrítica, y con lo caro que están los autos hoy en día no cualquiera se puede. Siempre que se puede están los simpson, siempre presenten, ahora más renovados, con cosas distintas. Pero en definitiva, noticieros sin novedad y un movilero en una calle llamada agresividad. Solo noticias fofas y la liberación de chabán.
Mi calendario maya o el calendario maya para todos hoy dice que hay que saber recibir. que el dinero es para quien lo necesité. Viva la necesidad, dónde habrá un helicóptero para mí, dónde habrá un submarino para seguir. El dinero de hoy no me sirve, siempre se quiere más. Pero bueno, no hay que pensar en esas cosas, el dinero viene solo, como se van los años en las tardes nubladas, yo puedo pasar dos años sin envejecer ni un día. Pero en una tarde nublada puedo envejecer dos años. No es la tarde hoy, fueron tardes pasadas. Muchos días quise hablar, muchas sombras hay acá. Pero nada, no podía escribir, me la pasaba mirando televisión y leyendo cuentos de borges para contrarrestar el efecto. No lo conseguía. Porque los cuentos tan tarde que siempre me quedaba dormido antes de que termine y me iba a dormir diciendo “nunca entenderás”. Con auriculares en la noche. Es toda una metáfora. Hay dos cosas que delatan soledad extrema. Irse a dormir con auriculares y la otra es comer directamente desde la olla, pequeña y linda, pero desde la olla. Trapo sobre la pierna, arriba el cacharro sujeto por la mano y con el tenedor en la otra atacamos la olla de la soledad. Mi soledad es recurrente, a veces me siento más solo que otras veces. Y cuando me siento solo como de la olla y miro televisión. También miro por la ventana, pero lo alto del marco y lo corto de la perspectiva termina desilusionándome más, aún mucho más. Difícil es sentir es sentir que hay tantas mañanas pintándote la cara ¿? y nunca podrás volver. Estás perdida hasta los pies.
Ya sabrás que te dirán cómo se curan las heridas. Esto es demasiado.Debo retirarme a hacer un envío, porque ahora también hago delivery. Llevo, traigo, hoy llevo unas medias y mañana busco unas facturas. Porque siempre hay unas facturas, si no es en trabajo, es al volver a casa.