5.5.05

Pero las vacaciones tardan en llegar. En 48 estaré por las pampas, recorriendo la nada, mientras espero que salga el sol. Por ahora estoy acá, haciendo nada. Después de cuatro horas de acostado y de insomnio que se sobrellevan con entrevistas radiales. Después nada, por lo menos, por lo menos así. Un mirame las medias. Plop hizo el vino cuando lo descorché. Ieeeaaaa aaagghhhaaahaaaa. Me puse living in the flood y estaba por comenzar cuando mis dedos se vieron vacíos, les faltaba un cigarrillo. Uno al menos, así que salí y compré y resulta que como no tenían cambio me traje unos confites achocolatados y un mantecol. Pero los traje y no tenía ganas de comerlos, tenía ganas de tenerlos. Tenía ganas. Porque hoy ando ganas. Lo que tenía en mi dedo era una ampolla, que empezó a crecer no producto de algún calor. Crecen por los nervios supo explicarme un digitopuntor. Pero yo no estoy nervioso, o es que estaré nervioso y no me doy cuenta?

No suena muy creíble eso, los nervios se sienten en el estómago y de esta manera sería prácticamente imposible que yo no los sienta.

Viaje, tren, migrañas y muzarañas. Insectos e insecticidas, manices de a dos, caramelos con piel y papa con cáscara y manteca, al plato. Lo bueno de comer maníes es que te empareja las muelas, empastándote las caries por solo un peso cincuenta. 17 es la desgracia y por lo tanto debo continuar en esta senda, en la senda del hijo de satanas y sus anécdotas de cartero.