11.5.05

Estomba lee el eternauta y se pierde. Mientras se afeita con la derecha sostiene el libro con la izquierda y lee y lee. Realmente es un libro maravilloso y ya tengo decidido comprar el eternauta II para el viaje en tren de la muerte, el tren del terror, el tren fantasma, pero sin azafata. Lo más parecido a una azafata es un señor avejentado al que se le escapan pelos entrecanos de las orejas que pide los pasajes y por dos pesos con cincuenta te avisa cuando te tenés que bajar. Es un servicio que ofrece solo a hombres solitarios con cara de trasnochados. El otro día me decían. ¿vos estás trasnochado o drogado? Un poco y un poco, contestan los clapers. Entonces me siento y miro un ciempies tragándose su propia baba y expulsando por el ano una chaqueta enchastrada. Estas últimas líneas son la consecuencia de estar leyendo el almuerzo desnudo de William Burroughs y estar comiendo mantecol. Mantecoles eran los de antes, los de georgalos, ahora, los de cadbury son más ricos que pesados, cuando todos estábamos acostumbrados a que sea al revés. El tema de las golosinas viene muy a cuento, porque se toma como algo para niños y no es así. La calidad de golosinas que come un pueblo determinan de manera directa el grado felicidad popular. Uruguay, por ejemplo es un país poco feliz porque no produce golosinas, pero se alegra los domingos con el candombe y los garotos brasileros y los nugaton de oferta. Estos uruguayos. Voy al parque Rodó, que es como el italpark, pero no tiene mantecol.

Money Money Money, the roots of devil. Hipocrites. Y sigue, pero no le entiendo, no se puede entender a esta gente que canta raro y tan raro que no se entiende.

En Tiende (Italia), la gente tiene una particular percepción de las cosas. Me entiende?

El caso bloomber me hace acordar al nuevo testamento, tendrían que haber matado al padre y no al hijo.