10.1.13

Dias 17 y 18

Vine desde Andacollo a Las Ovejas. Así podría resumirse, pero al venir en bici no hay resumenes posibles. Ya al momento de montarte en la bicicleta sabés que tenés que darle duro unas 5 horas mínimo. Salí de Andacollo pasaditas las 9 de la mañana, tenía unos 40 kms por delante hasta Las Ovejas. Gran parte del camino es de ripio y la mitad, hasta el paraje Los Carrizales subiendo y bajando innecesariamente montañas. En los primeros 15 kms había subido 315 metros y bajado 295 y ahí me preguntaba ¿tanta dinamita para volar montañas qué carajo les costaba hacer un túnel?
En fin, al llegar el medio día me era imposible seguir por lo fuerte que estaba el sol y el calor que hacía.
En esta zona todos los años se hace en noviembre y diciembre la transhumancia, es decir el desplazamiento de familias y sus animales (chivos, ovejas, caballos, perros, etc) desde las zonas bajas hasta los faldeos de la cordillera misma en busca de mejores pasturas. Abajo tienen los puestos de invernada y arriba los de veranada, es decir que a lo largo del año viven en dos lugares distintos. En esa ruta de Chos Malal hasta Las Ovejas y calculo que más allá también hay varias zonas arboladas cerca de algún arroyo, río o vertiente muy propicias para un descanso y una rehidratación tanto de familias y animes como de ciclistas. Fuí aprovechando varios de ellos.
El paraje Los Carrizales se encuentra al bajar la última montaña innecesaria justo sobre la orilla del río Neuquén. Es una pequeña población que está en una zona muy fértil. Desde ahí la ruta va bordeando y acompañando el río y en el fondo se ve el gran volcán Domuyo. Un poco más adelante sobre el mismo valle se encuentra Bella Vista. Desde ahí solo me quedaban 9 kms para llegar, por el camino pasé por el desvío a las lagunas, ruta que encararé en un rato. A Las Ovejas llegué pasadas las 5 de la tarde con una temperatura de más de 30 grados y a los primeros que me crucé me invitaron a tomar cerveza. Acepté con gusto el trago de una negra bien fría y sus consejos sobre dónde hospedarme, la casa de don Tino, lugar del que no me hablarían en la cabinita de turismo que consulté después. Pese a no haber mucho turismo y de que el poco que hay es en un 95 o más por ciento compuesto de neuquinos en cada uno de estos pueblos hay una oficinita de turismo.
Llegué al Hospedaje El Manso, que según dice el propio don Tino no es ni de un cuarto de estrella en el que pago 70 por noche. Venía cansado de la trepada y comiendo medio mal por lo que aproveché a quedarme dos noches, lavar toda la ropa y alimentarme bien. Mañana salgo a las lagunas de Epulauquen, también a unos 40 kms y también subiendo donde pasaré al menos dos noches para recorrer un poco, son 7 lagunas algunas de las cuales se pueden recorrer por senderos simples que veré de pedalear con Guada.