25.2.05

Hoy es mi cumpleaños.

No se cumple un aniversario de mi nacimiento, ni nada. Pero me dije ¡qué tanto!, vamos a vivir la vida. De la cual puedo deducir, por los espasmos que me retuercen a la mañana, no queda mucho. Mis balas de salva te pueden matar. Fui al carnicero y le pedí unos buenos bifes de cuadril. Compré dos ricos vino, rico rico ñam ñam. Peligro para tu ciudad. La vela no la soplé, las aspiro. Grande, como dice gieco, grossos como los corchos. Aunque yo nunca vi una botella cerrada con un corcho tan largo. Eso lo dice gieco porque él es medio medio. Yo diría grossos como los troncos (de pacheco). Pero bueno, yo no grabo discos, es decir los grabo para mí y no hago un usufructo comercial de eso. Como hace gieco, que fue capaz de irse desde ushuaia a la quiaca para vender tres discos. En fin, igual gieco me cae bien. Lo fui a ver unas cuantas veces. Yo, me parece que me perdí, pero. Otra buena manera de describirlo, sería decir que no pasa por el ojo de una aguja ni por el ojo de un cd. En tu cabeza la boca expresa una frase que es bueno decir. No necesitás otro poder más que saber resistir la sed. Entonces, como yo no soy un poderoso me compré dos pont l´évêque, un cabernet y un malbec. Lo justo y necesario para pasar la noche. Además tengo otro cabernet pringoso encanutado, por si la sed me vuelve a atacar. Sin embargo, soy tan pero tan sano, que estoy dándole a la yerba nomás, y eso que el mate me está matando.

Hoy a la mañana desayuné con mate con estomba y con dalila me decían que sí, que es el mate lo que me está quitando la vida. Así y todo no puedo dejar de tomar. Hoy volví a desayunar con mate y a merendar con mate. Sin que haya mediado otra comida. Tengo que ordenar mis medias limpias, están todas revueltas, las dos. Y este cuento se termina acá. Hasta que vienen los peces muertos en lugar de pan, hasta que queden pocas migajas para contar.