4.3.05

Son las tres de la mañana. Solo las tres. En unas pocas horas serán las 6. Es tan extraño el reloj. Sus horas, sus tiempos. Mientras escucho bunny wailer en la madrugada, el corazón me late. Estoy vivo y por eso mismo estoy feliz. Cada tanto darse cuenta de que aún se está vivo. Aún queda gente viva. Solo se ven muertos caminando por la calle. La única persona viva que había vivo en los últimos tiempos era un tipo que es tuerto y camina descalzo por la calle. Tiene rulitos y se parece un poco a la muerte los sábados.
Se acaba de ir la señorita blupdu, cuánta alegría al volver a la verla. Cuanta alegría de volver a estar juntos. A veces es difícil de entender como gente tan distinta puede estar tan bien junta. Seguirá siendo un misterio, pero cada noche que pase con blupdu, cada tarde será única. No hay mucha gente como ella. Y ella no se da cuenta, caminando tan obnubilada con su mente tan en sus pelos.