31.12.12

Malargüe - dias 8 y 9 (30 y 31 de diciembre)

Malargüe tiene un reloj. Malargüe tiene un bar llamado El Vairoletto. Malargüe tiene una ciclovía de casi 20 kms de largo. Es la ciudad con más cultura de bicicletas por la que he pasado. Hay bicicletas Zenith, Raleigh, Merida y muchísimas Vairo.
Llegué el sábado a la noche por acá, con hambre y muchas ganas de comer un Chivipan. El lugar que me habían recomendado para dormir estaba cerrado y empecé a buscar el segundo punto de referencia que era el Hostel La Caverna. Muy recomendable por la atención, lo cálido de la gente y el precio (60 pesos por noche con desayuno). Además tiene wifi y aproveché a subir fotos y a boludear con el face, twitter e instagram.
Recorrí con la bici la ciudad y un poco de los alrededores, el dique, el cerro Ceferino, la estación de piscicultura, etc.
En la calle hay muchas bicis y respetan todos los semáforos, los sentidos de circulación de las calles, no andan por la vereda, pero al mismo tiempo son muy respetados por los automovilistas que en muchos casos frenan para dejarte pasar en las esquinas y jamás te cierran al doblar, esperan que pases y doblan. Muchos hacen las compras y van con grandes bolsas. Vi familias enteras desplazándose con la bici por la ciudad.
Ahora parto a empezar el año en Manqui Malal (pared de cóndores sería la tradución), un gran paredón unos 35 kms al sur de Malargüe donde hay un camping y espero que mucha paz y nada de pirotecnia y de ahí sigo para el sur atravesando el desierto y entrando de a poco a la provincia de Neuquén.
Muy buen fin de año y un excelente 2013 para todos!!

30.12.12

27-28-29 de diciembre

Me desperté muy temprano cuando recién amanecía sobre la Laguna Blanca. Lo primero que miré no fue el lago, ni la cordillera, lo primero que miré fue si las dos ruedas estaban infladas y sí. Luego de un abundante desayuno con bondiola y queso de campo, subí la meseta, la bajé y tomé la Ruta 40 hacia el sur. Luego de 22 kms llegué a la ruta 222 que sube hasta el valle de Las Leñas. El camino es todo cuesta arriba con 8 kms de subida constante en lo que se conoce como El Infiernillo (seguramente bautizado así por alguien que lo hizo en auto, porque para mí con la bici fue El Puto Infierno).
Después de eso ya no tenía piernas ni para mantenerme en pie y para colmo un viento muy fuerte bajaba por el valle y me frenaba incluso en los pocos tramos que había en bajada. Me quedé sin agua y cuando quise recargar en una vertiente patiné y quedé enterrado hasta la mitad de las pantorillas en barro sulfuroso, que no huele para nada bien.
Ahí nomás había un cartel que decía "a Laguna la Niña Encantada", era eso o seguir unos 9 kms más hasta Los Molles, sin dudarlo tomé el camino a la laguna.
Lo primero que vi es que cobraban una entrada de 10 pesos y lo primero que me dijeron es que no podía acampar en el predio... El lugar era atendido por un chico de Guaymallen, el Ale y por Laurita y Nito, de Malargüe. Cuando llegué estaban por almorzar y me invitaron a comer chivito al horno con ellos. Se fue desencadenando la charla y encadenandose los humos y pasaron dos horas o más y todavía no había ido a ver la laguna, estaba apenas a 50 metros. Realmente la había subestimado porqur al ir a verla quedé maravillado. Es una laguna que se formó por la erosión de aguas subterraneas abajo de residuos volcánicos, tiene 40 x 70 metros y unos 12 de profundidad con un color verde azulado intenso, aguas muy transparentes y habitado por truchas arco iris que se las ve nadando a simple vista.
Ya para la tardecita la amabilidad de los chicos, la belleza del lugar y, por qué no, la carne de chivo me habían devuelto a la vida.
También me invitaron a cenar pizza casera y finalmente dormí dentro de su refugio.
Al día siguiente, viernes 28, salí sin las alforjas a conocer Los Molles y el Pozo de las Ánimas.
Pedalié por el valle y pasado el mediodía paré a comprar un juguito y cargar un poco el celu y terminé almorzando milanesas con la familia del dueño del negocio... La amabilidad y la buena onda de las gentes que viven por acá es algo de no creer.
Esa noche de luna llena salí un ratito a pedalear por la ruta desierta, comí de nuevo con los chicos de la laguna. Dormí un rato bajo la luz de la luna, pero más tarde el romanticismo perdió la batalla contra el frío y nos metimos en el refugio.
A la mañana siguiente no me dejaban irme, me amenazaban con esconderme la bici para que me quede una noche más. Unos genios totales los tres.
Finalmente poco después de las 17 arranqué camino a Malargüe, unos 52 kms que hice en 3 horas 15.

29.12.12

Dias 4 26/12/12

Desde El Nihuil tenía 110 kms hasta El Sosneado. Era el reto del día, aunque no estaba muy seguro de si lo lograría hacer todo de una o en dos días.
Salí a las siete y media de la mañana luego de cambiar la cámara, en este caso la de atrás, por un nuevo pinchazo.
Encaré la ruta con tranquilidad y luego de 20 kms de subidas y bajadas llegué a El Desvío, apenas un apeadero que vendía café con leche y ponchitos mendocinos.
Seguí camino y cuando llevaba pedaleados algo de 50 kms me dije "mah si, yo llego a El Sosneado pedaleando hoy mismo". En los primeros 86 kms no hay ni un árbol, ni uno solo, ni un arbustito que de sombra. Por suerte no hizo mucho calor.
Fueron 107 kms hasta el primer negocio en el que me compré un juguito, como me había prometido. Llegué agotadísimo, me castañaban los dientes y me temblaban las patitas. Tardé 8 horas y media de puro pedaleo, a un promedio de 12,5 kms/h y subí desde los 1300 a 1600 msnm.
En El Sosneado no conseguí alojamiento y ya había estado todo el día en la ruta y no quería acampar ahí por lo que pese al cansancio que tenía por todo lo pedaleado y a que no había podido ducharme, que era lo que más deseaba, volví a la ruta y seguí unos 9 kms más hasta Laguna Blanca. Esta laguna es de agua salada y es un punto de paso de las aves migratorias y es cierto, estaba lleno de patos o bichos así, muy bonitos. Para llegar hay que subir y bajar una meseta y, efectivamente desde allí la laguna se ve completamente blanca. Justo esa noche el encargado tenía franco o algo así y pasé la noche solamente acompañado de la luna casi llena y un viento cabrón.
Las fotos son una de la mejor sombra que encontré para parar en el camino, la tranquera de la Estancia El Picaso y una panorámica de la Laguna Blanca, atardeciendo atrás de la Cordillera de los Andes.

Dias 2-3 24 y 25 de diciembre

El día arrancó temprano. A las 6 estaba arriba y me encontraba con el primer problema, de un dia cargado de contratiempos, la rueda de adelante estaba desinflada.
Le cambié la cámara, desayuné, desarmé la carpa y poco después de las siete ya estaba en la ruta.
La subida al dique Valle Grande me costó un poco, pero no fue nada en comparación a lo que vendría después. La ruta 173 se hace de ripio y son unos 5 kms ascendiendo una meseta, con partes con arena en el camino. Claramente, hice gran parte caminando.
Al llegar arriba, veo que tenía que bajar esa meseta y volver al cañón del atuel, bajadita wiiiii pensé. Al rato de bajar y bajar, bastante rápido por cierto (40-45 kms/h), agarré una piedra que me hizo volar por los aires. Cuando caí pude seguir andando, pero escuché un ruido horrible a metal quebrándose. Se me desformó el portaalforjas y quedaba tocando la rueda... Me llevó un poco más de una hora de piedrazos y hacer fuerza para que vuelva a una forma similar a la original y podes volver a poner las alforjas.
Seguí el descenso más despacito, el sol empezaba a pegar fuerte y en el primer grupo de árboles sobre el Atuel paré a almorzar y a esperar que baje el sol (hacía 33 grados)
Es increíble el paisaje del cañón del Atuel, tiene una profundidad de unos 500 metros y las paredes tienen las formas más extrañas. Los lugareños bautizaron algunas de estas como el mendigo, el sillón de Rivadavia o la vieja mascando chicle.
Un poco después empezó a llover y volví a la ruta, me quedaban unos 30 kms para llegar a El Nihuil. Fui avanzando muy despacio, muchas subidas y bajadas y el sol que había vuelto a salir y pegaba con fuerza. Sobre mí volaban unos bichos, que yo que no sé mucho de pájaros y no distingo un tucán de un jilguero, imaginaba buitres que esperaban que se muera ese ciclista regordete para alimentarse opíparamente con sus abundantes entrañas.
A lo largo del camino hay unas cuatro centrales hidroeléctricas. El curso del río fue modificado y pasa por abajo de la montaña, hay dos tuneles de 6 kms y uno de 10 kms, por lo tanto en esos tramos el Atuel "desaparece".
Los últimos 6 kms fueron durísimos, de nuevo subir la meseta con partes muy empinadas que me costaba hacer incluso caminando, mucha arena y un viento que era cada vez más fuerte a medida que caía la tarde.
Sobre la noche, como 20.30 llegué y en el primer alojamiento que encontré, no daba más.
En el alojamiento estaban asando un chivo, al lado había una fiesta navideña y muchos tiraban cohetes. No me importó nada, me pegué un baño, me hice una sopa y a las 22 estaba dormido.
Me desperté al día siguiente y seguía el viento muy fuerte y no estaba en condiciones de hacer 110 kms hasta El Sosneado ni a palos, por lo que me quedé a pasar el día acá. Para descansar un poco, salí a pasear con la bici, al lago, a la vertiente, al mirador del cañón y lugares así que no valen de por sí el viaje, pero que están lindos.
Subi desde los 829 msnm hasta 1291 msnm. En total fueron 49 kms.
En las fotos, una de las formaciones raras, el río Atuel y el cañón del Atuel donde comienza.

24.12.12

Día 1 - 23/12/12

San Rafael - Valle Grande (40 kms)
La terminal de micros de San Rafael se llama Nestor Kirchner, fue lo primero que me llamo la atención al llegar.
Muy tranquilo armar la bici y 10.30 estaba pedaleando, luego de perderme y encontrarme fui encontrando la ruta 173, que no es precisamente panorámica, atraviesa un basural.
El calor era muy fuerte y el sol empezaba a pegar cada vez con más ganas, me costó bastante llegar.
Llegué como 14.30, o sea que estuve como 4 horas para hacer 40 kilómetros, había muchas subidas y bajadas y el sol me lo hacía muy duro, tengo los brazos violetas por el sol.
Ya casi llegando al dique Valle Grande desde la ruta vi del otro lado del río Atuel una pileta de más de 50 metros de largo, ese era el camping que estaba buscando. Rincón de la Ensenada se llama, 40 pe la noche y la pileta.
Ahí me encontré con una amiga Mendocina, la Romi.
Cuando se fue me subi el dique y saqué la foto que acompaña este post.
Estoy acampando justo al pie de una montaña, como puede verse en la otra foto y en la otra, la bici cargada frente al cartel de no pisen a los ciclistas, mierdas!
La reflexión del primer día está orientada a intentar de encontrar la manera de liberarme de peso. Pero le pasa a todos los acampantes y a todos los ciclistas. Muchos se me quedan charlando, algunos se me acercan a preguntar cosas como de dónde vengo, a dónde voy o si sé dónde alquilar bicis, pero siempre con buena onda, hasta me regalaron una tuca!
Subí desde los 678 msnm hasta los 829 msnm, a una velocidad promedio en movimiento de 11,42 y 9,75 de promedio total, incluyendo una parada importante al salir de la zona más desértica para compras citrus y una tortita dulce y la consecuente consumisión de ambos.

19.12.12

Rumbo Mendoza

El sábado 22 parto en micro a San Rafael y desde ahí la idea es llegar hasta la Ruta 40 y empezar a pedalear hacia el sur.
Hace unos meses que vengo entrenando y ya hice alguna salida con alforjas.
En este blog iré publicando algunos relatos y fotos del viaje.